Don Carlos le vende su parte a Don Eduardo, que con 33 años de edad toma el control total de la compañía. A base de esfuerzo, cuidado en la calidad de producción y esmerado servicio, La Moderna fue conquistando los mercados del estado de Hidalgo y de la región del bajío mexicano y a la vez, expandiendo el del Estado de México y su zona limítrofe.